La buena noticia es que las joyas de oro pueden ser eternas y pasar de generación en generación si se cuidan adecuadamente. La frecuencia de su limpieza dependerá del uso que les das. Es decir, cuanto más a menudo las lleves, más a menudo deberías limpiarlas. En general, los orfebres de renombre recomiendan realizar mantenimiento y limpieza de joyas de uso diario cada 6 meses. Pero, ¿qué productos caseros son los más indicados para quienes desean saber como limpiar el oro y devolverle su esplendor? ¿Hay diferencias en como limpiar oro blanco del amarillo o rosa? Te lo contamos a continuación:

Este remedio se utiliza para una limpieza rápida y eficaz de oro blanco, rosa y amarillo. Disuelve un poco de jabón para platos en agua templada y sumerge tus joyas en la mezcla durante un máximo de 15 minutos. Si la pieza presenta muchas impurezas, frota su superficie con un cepillo de dientes de cerdas suaves haciendo movimientos circulares. Aclara las joyas con abundante agua y sécalas con una toalla de algodón. Para sacarles el brillo, pásales un paño de microfibra haciendo pequeños círculos. ¡Estarán relucientes!

Este producto es perfecto para eliminar impurezas y devolver el brillo tanto al oro rosa como al blanco y amarillo.

Gracias al flúor activo en su composición, el dentífrico permite recuperar el brillo del oro de una forma inmediata y duradera. Eso sí, utiliza una pasta dental en crema, ya que una de gel no conseguirá sacar el lustre a tus joyas. Es importante que la pasta sea blanca, pues una coloreada puede dañar el oro.

En el momento de limpiar, basta con que apliques un poco de dentífrico sobre las joyas y con ayuda de un cepillo de dientes blando las frotes suavemente. Después acláralas con agua fría y seca con un paño haciendo movimientos circulares para sacar el brillo. Esta técnica también puede utilizarse por quienes se preguntan como limpiar anillos de oro con piedras preciosas. Evita usar la pasta dentífrica para limpiar el oro blanco, ya que sus componentes pueden dañar el recubrimiento de rodio.

Una de las joyas que más se oscurecen con el paso del tiempo son los pendientes de oro amarillo y rosa (los de oro blanco nunca se oscurecen). Esto ocurre debido al roce diario con la piel, el sudor, los perfumes, el maquillaje y otros productos cosméticos. Para solucionarlo no hay nada como el jugo de cebolla. Corta una cebolla por la mitad y frota con ella las joyas. Si están muy oscurecidas, sumérgelas en el jugo de cebolla durante 2 horas. Después acláralas con agua y seca con un paño suave. ¡Tus joyas brillarán como el primer día!

¿Sabías que el oro blanco no existe en la naturaleza? En realidad, es una aleación de oro amarillo con otros metales que le otorgan ese característico tono plateado. Además, cada pieza de oro blanco recibe el recubrimiento de rodio que le aporta un precioso efecto espejo. Para devolver el brillo y eliminar la suciedad a tus joyas de oro blanco, sumérgelas en agua con sal no yodada durante 10-12 horas. Después aclara con agua mineral y seca con un paño de microfibra. ¡Estarán como nuevas!

Y si te preguntas como limpiar pendientes de oro blanco u otras joyas de este precioso metal que se volvieron amarillentas, te contestamos: llevarlas al joyero. Y es que esta pérdida de blancura significa que el recubrimiento de rodio se haya desgastado y necesita ser reparado por un profesional.

Para que tus accesorios de oro te duren toda la vida, debes evitar bañarte con ellos en la playa y la piscina, ya que la arena, la sal marina y el cloro pueden dañar su superficie. Por la misma razón, quita tus joyas de oro (especialmente las de oro blanco) a la hora de ducharte o fregar platos con agua del grifo, pues esta última suele tener una alta concentración de cloro.

Por otro lado, es importante guardar tus accesorios de oro en bolsitas individuales de fieltro para evitar que se toquen y se rayen entre ellos, especialmente cuando tengan piedras. No obstante, si tus joyas ya presentan rayaduras, llévalas al joyero para que las pula. ¡Te quedarán como nuevas!